jueves, 24 de enero de 2013


CUENTOS CORTOS NARRADOS POR PETRA BORLAF A SUS HIJOS

                   CUENTO DE LA SEÑORA Y LA CRIADA
Esta es la historia de una señora gallega muy finolis y su criada de pueblo un poco bruta.
Una noche llamó la señora a la criada:
-      -  Criadiña, criadiña. Ve a llamar al doctor que me he puesto muy maliña.
La criada marcha deprisa a llamar al doctor, que presto llega a la casa y le pregunta a la señora enferma que es lo que le ocurre.
-        - Mire usted doctor, me he comido un platiño de  judiiñas y me han sentado mal en el estomaguiño- dice la señora con gestos de dolor.
-    - Diga usted que no, señor doctor- dice la criada- Lo que le ha pasado a mi señora es que se ha comido un platazo de judiazas, se le han asentado en el estomagazo y lleva toda la noche del orinal al bacinazo, cagando para usted señor medicazo.



 LOS REGALOS DE LAS TRES HERMANAS

En los años 60, en un pueblo de la Sierra de Guadalajara, una rica madre de tres hijas casaderas iba a realizar un viaje a la capital. Les pregunto lo que  querían que les comprase allí. La primera dijo que un anillo, la segunda que unos pendientes y la tercera quería unos zapatos.
Las tres hermanas tan solo pensaban en lo guapas que estarían, en las miradas de envidia de las jóvenes, en que todos los mozos querrían bailar con ellas…e incluso imaginaban que podrían echarse novio.
Cuando llego la madre con los regalos, las tres muchachas se mostraron satisfechas y agradecidas con su ella. Se pusieron sus mejores vestidos y los regalos: la mayor se uso  el anillo en el dedo, la mediana los pendientes en las orejas y la pequeña calzo los zapatos en sus pies.
El domingo se fueron al salón de baile. Entraron con decisión y muy sonrientes una detrás de otra. Se sentaron en las sillas para que los mozos las invitaran a bailar.
 Nadie se había fijado en ellas, ni en las joyas y zapatos que lucían. Pasado un rato, para llamar la atención de todos la hermana mayor dijo con voz alta y señalando con el dedo en el tenía el anillo:
-¡Mirad, mirad, una araña!
La hermana pequeña dijo, adelantando el pie para lucir los zapatos:
-¡Con el pie, con el pie matarla!
La hermana mediana dijo moviendo la cabeza para lucir sus pendientes:
-¡No, no dejarla!

Y colorín colorado este cuento ya está contado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario