CUENTOS CORTOS NARRADOS POR PETRA BORLAF A
SUS HIJOS
CUENTO DE LA SEÑORA Y LA CRIADA
Esta es la
historia de una señora gallega muy finolis y su criada de pueblo un poco bruta.
Una noche llamó
la señora a la criada:
- - Criadiña, criadiña. Ve a llamar al doctor que me he
puesto muy maliña.
La criada
marcha deprisa a llamar al doctor, que presto llega a la casa y le pregunta a
la señora enferma que es lo que le ocurre.
- - Mire usted doctor, me he comido un platiño de judiiñas y me han sentado mal en el
estomaguiño- dice la señora con gestos de dolor.
- - Diga usted que no, señor doctor- dice la criada- Lo
que le ha pasado a mi señora es que se ha comido un platazo de judiazas, se le
han asentado en el estomagazo y lleva toda la noche del orinal al bacinazo,
cagando para usted señor medicazo.
LOS REGALOS
DE LAS TRES HERMANAS
En los años
60, en un pueblo de la Sierra de Guadalajara, una rica madre de tres hijas
casaderas iba a realizar un viaje a la capital. Les pregunto lo que querían que les comprase allí. La primera
dijo que un anillo, la segunda que unos pendientes y la tercera quería unos
zapatos.
Las tres hermanas
tan solo pensaban en lo guapas que estarían, en las miradas de envidia de las jóvenes,
en que todos los mozos querrían bailar con ellas…e incluso imaginaban que podrían
echarse novio.
Cuando
llego la madre con los regalos, las tres muchachas se mostraron satisfechas y
agradecidas con su ella. Se pusieron sus mejores vestidos y los regalos: la
mayor se uso el anillo en el dedo, la
mediana los pendientes en las orejas y la pequeña calzo los zapatos en sus pies.
El domingo
se fueron al salón de baile. Entraron con decisión y muy sonrientes una detrás
de otra. Se sentaron en las sillas para que los mozos las invitaran a bailar.
Nadie se había fijado en ellas, ni en las
joyas y zapatos que lucían. Pasado un rato, para llamar la atención de todos la
hermana mayor dijo con voz alta y señalando con el dedo en el tenía el anillo:
-¡Mirad,
mirad, una araña!
La hermana
pequeña dijo, adelantando el pie para lucir los zapatos:
-¡Con el
pie, con el pie matarla!
La hermana
mediana dijo moviendo la cabeza para lucir sus pendientes:
-¡No, no
dejarla!
Y colorín
colorado este cuento ya está contado.
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